Las líneas de vida se crearon como consecuencia del desarrollo de normativas europeas en materia de Prevención de Riesgos Laborales.
Una vez reguladas las normas de base en materia de prevención de riesgos, se desarrollaron las normas de producto relacionadas con las líneas de vida.
Por lo tanto las dos normas europeas que regulan las líneas de vida son, en función de si se trata de sistemas horizontales o verticales:
Para la comercialización de todo tipo de productos dentro del ámbito de la Unión Europea existen distintas normas que regulan aspectos relacionadas con la seguridad de los mismos. Si el producto correspondiente cumple con lo dispuesto en la norma correspondiente se deben marcar con la etiqueta CE. En función del producto que sea el procedimiento dispuesto para esa certificación varía, siendo más o menos estricta.
Relacionado con el tema del procedimiento de certificación de las líneas de vida está quizá el tema más controvertido del mundo de la protección contra caídas ya que de él deriva el de la obligatoriedad o no de los preceptos que regulan las líneas de vida. .
Te anticipamos que, en cualquier caso, es un tema complejo. Lo abordamos en los bloques que siguen a continuación.
Antes de tratarlo debemos apuntar que creemos que la raíz del problema está en que la normativa no define claramente qué son las líneas de vida, si son o no E.P.I.s.
En cuestión de Prevención de Riesgos Laborales, existen dos formas de proteger los riesgos en entornos laborales:
Con las primeras, las protecciones colectivas, se protege el riesgo sin necesidad de utilizar ningún otro medio adicional (Barandillas en trabajos en altura, por ejemplo).
Los medios de protección colectiva son prioritarios frente a los individuales. Según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, sólo se utilizarán los EPIs cuando ese riesgo no pueda protegerse con medios colectivos, por lo tanto, se hará uso de ellas sólo si el medio de protección colectivo es insuficiente y el riesgo no pueda protegerse de otra forma. Con el mismo fin, los medios de protección individual, exigen que una persona se ponga un elemento, denominado Equipo de Protección Individual. El EPI es algo que va fijado al cuerpo (un arnés por ejemplo).
Los EPIs específicos para trabajos en altura son:
Estos medios responden a la definición de lo que debe ser un Equipo de Protección Individual: equipos que sirven para dar protección a un riesgo (la caída) y sólo se lo puede poner una persona. Por eso los EPIs del listado se regularán bajo la directiva 686/1989 de EPIs que pronto se sustituirá por una nueva versión de esta norma.
Al ser EPIs que protegen de un riesgo que puede conllevar la pérdida de la vida, según esa misma directiva, se clasificarán como EPIs de cat.III que son aquellos que para llevar el certificado CE requieren un procedimiento de certificación más riguroso.
Hasta aquí todo claro pero qué pasa con las líneas de vida.
¿Si varias personas se pueden enganchar a las mismas, son un medio de protección individual o colectiva?.
¿Si fueran EPIs no deberían ponerse en el cuerpo del usuario?
El debate a este respecto es interminable.
Algunos países de la Unión Europea mantienen que una línea de vida es un EPI porque requiere el uso de otros EPIs formando un sistema o conjunto. Otros países en cambio, no lo ven de esa forma…..
El tema de si son para un usuario o si pueden ser para varios usuarios también se entiende rompe con la naturaleza de los Equipos de Protección Indvidual que, como su propia palabra lo indica, sólo sirven para un único usuario.
Y así las cosas no hay consenso para votar unánimemente una norma que regule las líneas de vida y así conseguir armonizar la legislación. Porque, como también sabrás, las normas de obligado cumplimiento en la Unión deben ser aprobadas en la Comisión Europea unánimente por el conjunto de los representantes de los países miembros.
Con todo lo hasta ahora expuesto llegamos a la situación en la que nos encontramos actualmente.
En general y como decíamos al principio es una situación compleja. Desde nuestro punto de vista, lo más grave de esta situación es que a día de hoy vale todo. Cualquier cable que sea instalado en un tejado y que se certifique, por quien sea, como una línea de vida, sirve como tal.
Y esto es grave porque puede que:
Las líneas de vida no pueden tratarse como los únicos elementos previstos para salvar o evitar caídas. Son parte de un conjunto de elementos o sistema anticaídas.
Con los EPI catalogados como tales para trabajos en altura
pasa lo mismo. No sirven de nada si no son parte de un conjunto o sistema anticáidas.
Los medios de Protección Individual tienen como objetivo proteger totalmente de un riesgo concreto. Por ejemplo, una mascarilla. Su fin será evitar la inhalación de gases tóxicos, siendo su misión la protección completa de ese riesgo.
Con un arnés no pasa lo mismo ya que requiere la fijación a un anclaje seguro que haya sido fabricado e instalado para soportar el golpe que genera la caída.
Ambos, además, necesitan de un elemento de acolche, de un absorbedor de energía o un retráctil. El conjunto de todos ellos crea un sistema anticaídas. En este enlace se puede obtener información detallada sobre sistemas anticaídas.
Existe toda una norma dedicada a la regulación de este tipo de sistemas, la EN 363. En ella se recogen todas las variantes de sistemas anticaídas que podrán utilizarse empleando medios de protección individual para trabajos en altura.
A nivel normativo no existen diferencias entre las líneas de vida temporales y las definitivas.
Ninguna norma, ni la EN 353 ni la EN 795, establece claramente el carácter temporal con el que se instalen las líneas; si son para un único uso o si ese uso se va a prolongar en el tiempo.
Cuando se trata de líneas de vida verticales se puede presumir que las líneas reguladas en la EN 353-2 tienen un carácter más temporal que las rígidas, pero no es una distinción que se recoja expresamente.
Por lo que respecta al uso, sí que cabe hacer la siguientes distinciones:
Se utilizan principalmente en obras de construcción, donde sirven para ejecutar trabajos que no se van a repetir periódicamente y tiene más sentido utilizarlas.
Este tipo de líneas de vida se montan habitualmente en lugares en los que periodicamente se requiere llevar a cabo trabajos de mantenimiento.
Así como respecto a las líneas horizontales, la EN 795 hace una clasificación clara de líneas rígidas y flexibles, la EN 353 no hace una distinción tan clara. A veces incluso las clasificaciones se oponen en ambas normas.
Las líneas de cable de acero en la EN 795 se consideran líneas flexibles. Mientras en la EN 353 sirven tanto para las líneas que denomina rígidas (EN 353-1) como para las que clasifica como flexibles (EN 353-2).
Por otro lado, la EN 795, establece que las líneas flexibles (EN 795-C) requieren la elaboración de un cálculo. La EN 353 no establece esa obligación. Cosa que, por otro lado, vemos que es lógica.
El uso que se puede hacer de una línea de vida puede ser muy variado. Como ya hemos dicho más arriba, la propia naturaleza de las líneas de vida es frenar la caída en una distancia menor a la que planteé la situación. Pero también pueden servir para colgarse de ellas o para impedir la caída.
Es el fin para el que se instalan casi todas las líneas de vida.
Un sistema anti caídas debe estar previsto para detener la caída en una distancia menor a la altura de la caída que presenta el caso.
Cualquier tipo de línea de vida, tanto si es rígida como flexible, debe también estar prevista para cumplir con esta función anti caídas.
Para qué salvar una caída si además se puede impedir que esta se produzca. Decimos que hay retención de la caída cuando de lo que se trata es de utilizar el sistema, compuesto por la línea y los EPIs, de una forma determinada que sirva para evitar que se produzca una caída.
No todas las líneas de vida sirven para retención ni se puede utilizar cualquier EPI para ello. Se debe atender al caso concreto. Para que se produzca la retención además de la línea de vida habrá que saber cómo utilizar el EPI que sirve de unión de la línea de vida con el arnés del usuario.
No todos los supuestos en los que se instalan las líneas de vida son susceptibles de obtener este efecto. En un carril de rodadura de una grúa por ejemplo no realizarse retención o impedimento de caída.
Las líneas, además de anticaídas y/o de retención, también pueden estar previstas para que los operarios trabajen suspendidos de ellas, por consiguiente, se puede decir que las líneas para suspensión son también sistemas que permiten colgarse de la propia línea de vida, con el fin de realizar trabajos en suspesión.
Como resultado de estos factores, los requisitos que debe cumplir una línea de vida de este tipo son mucho más restrictivos que los previstos para otros sistemas.
La principal diferencia con respecto a un sistema anticaídas es que en caso de la sujeción, se trata de soportar una carga estática constante, en vez de una carga dinámica puntual.